martes, 22 de abril de 2014

RESULTO TODO UNA FICHITA GUADALUPE AVENDAÑO






Valle de Chalco Solidaridad. Estado de México.- Existe la posibilidad, que Guadalupe Avendaño Lara, Director de oficina de “Atención Ciudadana”, es señalado por personal bajo su mando, como una persona prepotente, que los hace trabajar hasta altas horas de la noche, sin goce de salario, según el para hacer méritos y conservar la “Chamba”.
Denunciaron ante este medio informativo, un grupo de empleados de dicho departamento, quienes solicitaron omitir su identidad por temor a represalias por parte de su “jefe”, “Lupe Avendaño”, quien les ha sentenciado “el que valla de chiva se va a la calle, ya saben que calladitos se ven mejor”.
Aseguran denunciantes, que ignoran la forma en que “don Lupe”, obtiene diversos paquetes de productos alimentarios con etiqueta del DIF, que el posteriormente envía con gentes de su confianza para la organización Unidos por la Justicia y Emancipación Social (UJESI), que luego son entregados a la gente afiliada a esa asociación que no depende del DIF, Municipal.
Dicen, las personas inconformes con el nefasto comportamiento de su jefecillo Lupe Avendaño, se aprovecha de su necesidad de contar con un empleo, que aunque el salario es raquítico, de Ochocientos y mil 200 pesos a la quincena, por haber sido bajado al 50 por ciento lo tienen seguro para el sustento de su familia, por ese motivo han tenido que callar las humillaciones de que son objeto.
“don Lupe Avendaño viene, descaradamente y con impunidad violando todos los derechos laborales de la clase trabajadora bajo su dirección sin que autoridad alguna se atreva a ponerle un alto a sus arbitrariedades, “trabajamos más de 14 horas por día, muchos de nosotros somos personas de mucha edad, o con defecto físico, pero eso no le importa al señor, que nos “dice a chingarle muchachitos porque tenemos que rendirle buenas cuentas al jefe”, comentan con lágrimas en los ojos, impotentes trabajadores de “Atención Ciudadana”, del ayuntamiento, Valle de Chalco, Solidaridad.
Por José Luis Sánchez V.



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